La información, tanto datos como programas, circula en los ordenadores a través de los denominados buses, que son como unas autopistas con un ancho variable (pueden ser, por ejemplo, de 64 bits), equivalentes a los carriles de circulación de vehículos, así que cuanto más anchos sean los buses, el ordenador funcionará más rápido.
Los buses no solo conectan el microprocesador con la memoria RAM y los chipset de la placa base, sino que unen los llamados slots o zócalos de expansión, con el resto del ordenador. Estos zócalos, que a lo largo del tiempo han sido diseñados de acuerdo con distintos estándares, son de gran utilidad pues permiten poner placas electrónicas conocidas como tarjetas de ampliación con diversas finalidades, como por ejemplo una controladora de vídeo que es imprescindible para conectar una pantalla de visualización al ordenador.
Estos buses también se conectan a buses externos (interfaces que permiten la conexión de los denominados periféricos tales como impresora, escáner, teclado, ratón, ...) y a los llamados puertos.
Un periférico es un dispositivo auxiliar que se conecta al ordenador, ya sea su ubicación interna o externa, por ejemplo una impresora es un periférico, pero también lo es un disco duro, aunque esté dentro de la carcasa del ordenador. Sin periféricos un ordenador no sirve para casi nada, algunos actúan como interface hombre-máquina, otros sirven para comunicación entre ordenadores y/o máquinas en general, mientras que otros sirven para almacenamiento.