Como ejemplo, una nueva tecnología de almacenamiento, descubierta por investigadores de la universidad japonesa Shizuoka, se basa en esferas de poliestireno, dopadas con sustancias fluorescentes como rodamina, de 500 nm de diámetro colocadas sobre una rejilla, dando lugar a una densidad de grabación doble respecto a la de los DVD y en un futuro se espera que llegue a ser 10 veces superior, reduciendo el diámetro de las esferas y apilándolas. Los datos se graban mediante luz verde y se leen mediante el análisis de luz roja reflejada.
Hay investigaciones con bacterias, la proteína bacteriorodopsina (bR) encontrada en la membrana superficial de halobacterium halobium, y que suele habitar en ambientes salinos, absorbe la luz en un proceso análogo a la fotosíntesis. bR existe en dos estados intercambiables, que absorbe luz azul y verde respectivamente, lo cual permite almacenar información en un código binario. Disponiendo este producto en forma de cubo, y teniendo un láser para acceder a cambiar entre los dos estados, se pueden obtener "discos" con capacidades del orden de Teraoctetos. El principal problema es que no aguantan temperaturas superiores a 83 C, otro inconveniente es que no son muy rápidas. En los seres vivos su función es el bombeo de iones de hidrógeno al exterior de las células. Lo cual puede dar origen al desarrollo de productos que ayuden a mejorar la salud de las personas.