La aparición de los ordenadores ha introducido a los autores de artículos, informes o libros científicos (o a sus auxiliares) en el mundo de la edición. La edición de trabajos en la mayor parte de las disciplinas de carácter humanístico-lingüístico no presenta dificultades importantes. Sin embargo en textos científicos de matemáticas, física, etc. la situación es diferente debido a la necesidad de usar fórmulas o gráficos complicados.
Hasta hace bien poco tiempo era frecuente encontrar trabajos mecanografiados con las fórmulas escritas a mano. Con la llegada de los ordenadores personales y el uso de sistemas que operan en un entorno gráfico (Linux, Windows, Mac, X-Windows,...) algunos de esas dificultades han quedado obsoletas, pero han aparecido otras:
En los años 1970 la American Mathematical Society encargó a Donald E. Knuth, profesor de la Universidad de Stanford (EE.UU.), la creación de un sistema para escribir textos científicos (especialmente matemáticos), que fuera cómodo y transportable entre plataformas. A partir de las ideas de Gutemberg y utilizando los ordenadores como herramientas, Knuth creó el programa TeX, que muchos lo consideran como la aportación más importante habida en este campo desde la imprenta de Gutemberg.
Prácticamente la totalidad de los departamentos de matemáticas en todas las universidades utilizan TeX para escribir en sus publicaciones y trabajos científicos, buena parte de las revistas más importantes especializadas en matemáticas utilizan TeX (desde luego todas las que publica la AMS) y algunas solo publican originales que les sean remitidos en este formato. Los ficheros con formato TEX viajan constantemente por las redes informáticas de todo el mundo como mensajeros de investigaciones realizadas y resultados científicos obtenidos.
Instalado inicialmente en máquinas
grandes con sistemas operativos propietarios, TeX fue
posteriormente compilado en los diferentes plataformas y sistemas.
Comercializado durante el tiempo necesario para amortizar la
inversión, Donald E. Knuth y la American Mathematical Society
pusieron de forma gratuita el programa fuente a disposición de la
comunidad científica internacional. Siguiendo su ejemplo, muchas
personas han contribuido (y contribuyen) desinteresadamente a
implementar módulos adicionales al programa original. Hay incluso
una asociación de usuarios de TeX la TeX Users Group para
intercambiar información sobre problemas comunes y soluciones. En
colaboración con ellos la AMS publica desde 1980 una revista
llamada TUGboat sobre estos temas.
Actualmente está en fase de elaboración, entre todos los usuarios
que deseen participar, la versión 3 del dialecto LaTeX (escrito por
Leslie Lamport en 1984), el más extendido de los dialectos del TeX,
coordinada por un equipo "The LaTeX team" que pone libremente a
disposición de la comunidad científica, semestralmente en
servidores internet, los progresos que se van realizando con las
ideas y colaboraciones de todos. La aproximación asintótica a esa
versión 3 se llama LaTeXe.
El programa TeX es un compilador, no es un editor de textos. De hecho, los autores pueden emplear para crear los textos TEX su editor preferido y esa facilidad también ha contribuido a su difusión. El modo en que LaTeX y TEX interpretan la «forma» que debe tener el documento es mediante etiquetas. Por ejemplo, \documentclass{article} le dice a LaTeX que el documento que va a procesar es un artículo. Puede resultar extraño que hoy en día se siga usando algo que no es WYSIWYG, pero las características de LaTeX siguen siendo muchas y muy variadas. También hay varias herramientas (aplicaciones) que ayudan a una persona a escribir estos documentos de una manera más visual (LyX, TeXmacs y otros). A estas herramientas se les llama WYSIWYM («lo que ves es lo que quieres decir»).