Sin embargo y a pesar de las ventajas del teletrabajo, según algunos empresarios y trabajadores no está lo suficientemente implantado en España, donde apenas el 4.9% de la población activa recurre al teletrabajo, frente al 13% que alcanza de media de la Unión Europea (fuente: estudio titulado "Productividad y nuevas formas de organización del trabajo en la Sociedad de la Información", de la Universidad Carlos III, de Madrid). Traductores, informáticos, diseñadores gráficos o consultores son algunos de los sectores que mejor se adaptan a esta modalidad. En su mayoría, se trata de profesionales que trabajan desde su propia casa, lo que favorece la conciliación de la vida laboral y familiar, y que son valorados de acuerdo a la consecución de objetivos y no a las horas de presencia en la oficina. Por su parte, aunque en países como España, la mayoría de las empresas recelan de esta fórmula, las más punteras ya optaron por el teletrabajo hace una década, logrando que la productividad pueda mejorarse hasta en un 15%. Según un estudio del portal de empleo Monster elaborado el año 2005, el 61% de las empresas no tiene ningún interés en la introducción del teletrabajo.
En España son pocas las empresas
que se han acogido al teletrabajo, uno de los casos más destacados
es el de IBM, que ha recibido varios premios por su política de
flexibilidad y su apuesta por opciones como el teletrabajo. En 1995
se inició el denominado Plan Mobility, basado en la
posibilidad de desarrollar el trabajo desde casa a los empleados
que lo desearan, a los que se facilita un ordenador portátil y un
teléfono móvil "para que realicen su trabajo en el momento y lugar
que más les convenga". Según datos proporcionados por iBM, más de
4300 empleados de la compañía cuentan con un ordenador portátil
cedido por ésta, más de 2700 tienen un teléfono móvil de la empresa
y más de 700 tienen instalada en su domicilio una líneaADSL
proporcionada también por IBM.
Desde la empresa, afirman que así "se mejora la productividad hasta
en un 15% y se incrementa la satisfacción de los empleados, que
pueden gestionar sus tiempos de manera más eficaz y equilibrar su
vida laboral y personal".
El Ministerio de Administraciones
Públicas ha elaboró un manual para la implantación del
teletrabajo, es decir, para que los trabajadores puedan desarrollar
su actividad profesional desde casa. El teletrabajo afecta a "toda
modalidad de prestación de servicios de carácter no presencial",
indica el documento, que ha sido remitido a los distintos
departamentos del Gobierno y se encuentra a disposición de los
ciudadanos en la página www.map.es.
El manual concreta el procedimiento a seguir y los requisitos para
la organización de programas piloto de teletrabajo. La iniciativa
forma parte del Plan Concilia, aprobado en 2005, destinado a buscar
fórmulas que faciliten la conciliación de la vida laboral y
personal de los empleados públicos.
La guía incluye un exhaustivo listado de requisitos y consejos,
tales como espacio necesario para realizar la tarea, disposición de
la mesa de trabajo y pantalla del ordenador, manipulación de
aparatos eléctricos, o incluso prevención y actuaciones ante
posibles incendios. El texto indica además que los programas de
teletrabajo deberán incluir a "un número de empleados
significativo", que se fija entre 30 y 50 personas. Asimismo,
apunta que todos los puestos de trabajo son susceptibles de ser
incluidos en el proyecto, con la excepción de aquellos que
requieran contactos personales frecuentes o sean de atención
directa al público. Por tanto, quedan excluidos, entre otros, los
puestos de subdirector general, registro, información presencial al
ciudadano, secretarías y ordenanzas.
Según el estudio de la universidad Carlos III, las cifras que se
disparan en Estados Unidos (25%) y los países del norte de Europa:
Holanda (26%), Finlandia (22%), Dinamarca (21%), Suecia (19%),
Reino Unido (17%) y Alemania (17%). El informe, además, destaca la
baja implantación del teletrabajo en países como Portugal (3%) y
Francia (6%), y considera "evidente" la conexión de éste con la
adopción de nuevas tecnologías. Respecto al interés de los
ciudadanos por el teletrabajo, el mismo estudio asegura que el 40%
de los trabajadores europeos está interesado por el teletrabajo
permanente, mientras que el 52% se muestra favorable a trabajar, al
menos un día a la semana, desde casa.
Otros ejemplos son los de multinacionales como Accenture o Cisco,
que también proporcionan a los empleados que lo solicitan el
material necesario para trabajar desde un lugar diferente a la
oficina. "Aunque el proyecto se inició como un proyecto piloto, en
la actualidad es un programa con mucho futuro, que sigue la
tendencia de la compañía, presente en 48 países en los que también
se recurre al teletrabajo, con mejores cifras que en España",
confirman desde Accenture. Recientemente la empresa japonesa
Panasonic permite que 30000 de sus trabajadores lo hagan desde su
casa dos días a la semana, tendencia seguida a menor escala por la
firma automovilística Toyota y otras empresas de tecnologías de la
información.
Sn embargo recientemente Yahoo ha prohibido a su personal trabajo
"a distancia". Después de años de mucho predecir que trabajar desde
casa sería el futuro para todo el mundo, ¿por qué no es la norma?
Cuando una nota de recursos humanos se dejó caer en la bandeja de
entrada del personal de Yahoo que les prohibía trabajar desde casa
levantó la ira de muchos de sus destinatarios. "Algunas de las
mejores decisiones y percepciones provienen de los debates en
pasillos y la cafetería, conocer gente nueva, y las reuniones de
equipo improvisadas", según la nota. "La velocidad y la calidad a
menudo se sacrifican cuando trabajamos desde casa". El movimiento
para que el personal permanezca de nuevo en la oficina a partir de
junio de 2013 se cree que ha sido impulsado por la nueva presidenta
ejecutiva Marissa Mayer, quien volvió a trabajar semanas después de
dar a luz.
Los telecentros, las oficinas de zona y los
telecottages
El telecentro consiste en crear una oficina a distancia equipada
con todas las conexiones informáticas y de telecomunicaciones
necesarias para que lo utilicen los teletrabajadores. Estos
telecentros actúan a menudo como infraestructuras de apoyo a la
colectividad en áreas periféricas o económicamente desfavorecidas,
como medio para fomentar el desarrollo económico de las mismas. Los
telecentros les brindan a los teletrabajadores una alternativa al
despacho en casa, y al mismo tiempo les pueden ahorrar a las
empresas los costes que acarrea el tener que instalar oficinas
satélite.
El desarrollo de los telecottages
(el proyecto Telecottage está enmarcado en el programa comunitario
Leonardo da Vinci.) en algunos lugares de Europa constituye un
fenómeno vinculado a estrategias de introducción del teletrabajo
para superar problemas locales estructurales y para reforzar la
realización de tecnologías de telecomunicaciones en las
regiones.
Muy a menudo los telecentros ofrecen también cursos de formación,
en especial sobre el uso de las tecnologías informáticas y de
telecomunicaciones. Algunos telecentros funcionan también como
punto de referencia, poniendo a disposición del público puntos de
información y servicios de asesoría.