1.8.- Tendencias De Futuro En Ordenadores

Entre las opciones que manejan los científicos, los ordenadores cuánticos, sugeridos como una posibilidad teórica por Richard Feynman, Nobel de Física, es la que cuenta con más posibilidades de hacerse realidad a medio plazo. Se han desarrollado programas específicos para estos ordenadores que permitirán, por ejemplo, buscar información en una base de datos, solo que en vez de indagar verificando uno por uno todos los elementos de la base como en un ordenador convencional, un ordenador cuántico los comprobaría todos a la vez.

Los ordenadores cuánticos almacenan la información en forma de qubits (cubits), que son estados cuánticos que representan unos y ceros En un ordenador cuántico el cero y el uno podrían corresponder al estado del espín de un átomo o un electrón. Lo diferente es que el átomo puede encontrarse en una superposición de ambos estados, es decir, se encuentra en situación 0 y 1 a la vez. Esta propiedad permite realizar varias operaciones en paralelo, lo que incrementa enormemente la capacidad de cálculo para resolver algoritmos de forma mucho más rápida. Se estima que un ordenador cuántico de 30 qubits equivaldría a un procesador convencional de 10 teraflops (10 millones de millones de operaciones elementales por segundo), cuando las equipos actuales trabajan en magnitudes de gigaflops (miles de millones de operaciones por segundo).

La empresa canadiense D-Wave (fundada por el físico canadiense Geordie Rose) ha dado lugar a una polémica, al comercializar desde 2007 ordenadores anunciados como cuánticos, uno de ellos adquirido por Google y la NASA. Sin embargo las evidencias indican que no se tratan de ordenadores cuánticos en el sentido habitual de la física. Consiste en un ordenador montado a base de conectar 512 qubits (bits cuánticos) superconductores. Para ser un ordenador cuántico además debería demostrar que durante su operación estos qubits están entrelazados entre sí; si no lo están, estos qubits se comportan como bits probabilísticos y es un ordenador clásico no determinista sin paralelismo cuántico. Más aún, ni siquiera es un ordenador de propósito general, capaz de ejecutar un algoritmo no determinista arbitrario; se trata de un ordenador de propósito específico que ejecuta un único algoritmo, el recocido cuántico, la versión con qubits del recocido simulado.

Otra posibilidad son los ordenadores ópticos, se basan en que cambian los electrones de las señales eléctricas por los fotones de la luz. Éstos últimos serían la unidad básica para enviar datos y sus propiedades harían que los equipos dieran un salto considerable en lo que se refiere a rendimiento. Por el momento sólo se ha experimentado con algunos prototipos, pero ninguno ha salido del laboratorio. En 2009, investigadores de la Universidad de Bristol ya anunciaron la puesta en marcha de un sistema óptico. Un chip que utilizaba partículas de luz para hacer cálculos sencillos. El ejemplo que ofrecieron los creadores fue una simple multiplicación, de 3×5. El dispositivo fue capaz de dar la respuesta 15. "Esta tarea puede ser llevada a cabo mucho más rápido por cualquier escolar", comentó uno de los impulsores del experimento, "pero esto es realmente una importante demostración que prueba un principio", añadió. Es una de las muestras más primitivas de la investigación sobre computación basada en fotones.

Otra alternativa a la electrónica digital es la espintrónica. Un electrón se caracteriza por tres propiedades, carga, masa y espín; de las que la electrónica solo utiliza la carga y la masa. La espintrónica opera con las propiedades de espín de un electrón, en lugar o en adición con las propiedades dependientes de la carga.

Algunos de los posibles usos de la espintrónica son: memorias magnetorresistivas de acceso aleatorio, transistores de espín, escáneres en medicina (por ejemplo para detectar células cancerosas) e incluso en ordenadores cuánticos.

La alternativa más reciente consiste en la creación de una corriente mediante la caracterización del efecto de muchos cuerpos en el transporte de los átomos (del tipo conocido como "bosónicos ultrafríos") a lo largo de una red periódica, conocida como atomtrónica. Los innovaciones más recientes se debe a Anton Ivanov y sus colaboradores del Instituto de Física Teórica de la Universidad de Heidelberg, Alemania.

Atontronica
Recientemente, un grupo de investigadores ha construido un ordenador cuyo procesador central está basado enteramente en nanotubos de carbono, una forma de carbono con notables propiedades electrónicas. El ordenador es lento y simple, pero sus creadores, un grupo de ingenieros de la Universidad de Stanford (EE.UU.), aseguran que demuestra que la electrónica de nanotubos de carbono supone un potencial y reemplazo viable para el silicio cuando alcance su límite en los circuitos electrónicos, que cada vez son más pequeños.

El procesador de nanotubos de carbono es comparable en capacidad al Intel 4004, el primer microprocesador de dicha compañía lanzado en 1971. El procesador de nanotubos se compone de 142 transistores, cada uno de los cuales contiene nanotubos de carbono de alrededor de 10 a 200 nanómetros de largo. El grupo de Stanford afirma que ha creado seis versiones de ordenadores de nanotubos de carbono, entre ellos uno que puede ser conectado a hardware externo, como un teclado numérico para introducir números a sumar.

El grafeno, una lámina de un átomo de un espesor de átomos de carbono con propiedades físicas sorprendentes, ha sido promocionado como un posible reemplazo del silicio. Los electrones se mueven a su través con facilidad, por lo que es una elección ideal como semiconductor en la electrónica de teléfonos y computadoras.

Sin embargo, el grafeno tiene un gran problema: no se puede generar el (apagado) "off" como el silicio. Los electrones fluyen continuamente, lo que es un gran obstáculo que debe superarse antes de que el grafeno tenga la oportunidad de desafiar al silicio como un material que puede generar el 0 ("off") y 1 ("on"), que son la base de los ordenadores digitales.

Investigadores de la Universidad de California-Riverside acaban de anunciar que han llegado a una solución posible. "Hemos decidido tomar un enfoque alternativo," dijo el profesor de ingeniería eléctrica Alexander Balandin en un comunicado . "En lugar de tratar de cambiar el grafeno, cambiamos la forma en que la información se procesa en los circuitos". La capacidad del silicio para iniciar y detener el flujo de electrones funciona bien con la lógica booleana, un medio de procesamiento de la información. La información se codifica y se procesa como una serie de 0 y 1, cuando los electrones fluyen, un ordenador registra un 1, y cuando no están fluyendo, registra un 0.

Como el grafeno no puede apagar la corriente, la lógica booleana no funciona. Así que los investigadores de la Universidad de California-Riverside inventaron un tipo diferente de lógica que se aprovecha de las propiedades únicas del grafeno. En su lugar manipularon el voltaje y la corriente para representar diferentes valores. Como resultado de ello, no importa si los electrones están fluyendo constantemente. La construcción fuera de grafeno podría conducir a transistores que son de un único átomo de espesor, lo que permite fabricar ordenadores más potentes.