La ley de Moore expresa que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado. Se trata de una ley empírica, formulada por el cofundador de Intel, Gordon E. Moore, el 19 de abril de 1965, cuyo cumplimiento aproximado se ha podido constatar hasta hoy. En 1965, Gordon Moore afirmó que la tecnología tenía futuro, que el número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada año y que la tendencia continuaría durante las siguientes dos décadas. Más tarde, en 1975, modificó su propia ley al corroborar que el ritmo bajaría, y que la capacidad de integración se duplicaría aproximadamente cada 18 meses. Esta progresión de crecimiento exponencial, duplicar la capacidad de los circuitos integrados cada dos años, es lo que se denomina ley de Moore. Sin embargo, el propio Moore determinó una fecha de caducidad para su ley: "Mi ley dejará de cumplirse dentro de 10 o 15 años -desde 2007-", según aseguró durante la conferencia en la que afirmó, no obstante, que una nueva tecnología vendrá a suplir a la actual.
La consecuencia directa de la ley
de Moore es que los precios de los componentes electrónicos bajan
al mismo tiempo que las prestaciones suben: el ordenador que hoy
vale 3000 euros, costará la mitad al año siguiente y estará
obsoleto en dos años. En 26 años el número de transistores en un
chip se ha incrementado 3200 veces.
Si la ley de Moore se sigue cumpliendo, y la potencia de los
ordenadores sigue aumentando exponencialmente (ya sea a través del
ingenio humano o por sus propios medios ultrainteligentes), ¿hay un
momento en que se detendrá el progreso? Los físicos Lawrence Krauss
y Glenn Starkman dicen "sí". En 2005, se calculó que la ley de
Moore sólo puede mantenerse hasta que los ordenadores en realidad
se queden sin materia y energía en el universo, para utilizar como
bits. En última instancia, las computadoras no podrán ampliarse aún
más, ya que no serán capaces de lograr el material suficiente para
duplicar el número de bits cada dos años, porque el universo se
acelera además muy rápido para ponerse al día y abarcar.
Por lo tanto, si la ley de Moore sigue cumpliéndose con igual precisión que hasta ahora, ¿según Krauss y Starkman cuándo los ordenadores deben dejar de crecer? Las proyecciones indican que el equipamiento informático abarcará todo el universo accesible, convirtiendo cada bit de materia y energía en una parte de su circuito, dentro de unos 600 años. Esto puede parecer muy pronto. "Sin embargo, la ley de Moore es una ley exponencial" afirmó Starkman físico de la Universidad Case Western, no se puede duplicar el número de bits tantas veces se precise sin llegar a requerir el universo entero. Personalmente, Starkman piensa que ley de Moore dejará de cumplirse mucho antes de que el último ordenador se "coma" el universo. De hecho, cree que los ordenadores dejarán de ser más poderosos en unos 30 años. En última instancia, no se sabe qué va a pasar. Podríamos llegar a la singularidad - el punto en que los ordenadores se vuelven conscientes, asumirlo y, a continuación, empezar una auto-mejora. O tal vez no lo haremos.