Artículo publicado el cuatro de diciembre de 2012 en The
Physics ArXiv Blog, traducido al español en Ciencia Kanija.
La idea de que nuestro universo es un ordenador cósmico gigante,
impregna la ciencia moderna. Ahora, un físico dice que esta
suposición es peligrosamente incorrecta.
Una de las fuerzas motrices de la ciencia moderna es la idea de que
el universo "calcula" el futuro, tomando algunos estados iniciales
como entrada y genera los estados futuros como salida. Este es un
potente enfoque que ha producido mucho conocimiento. Algunos
científicos van más allá, y dicen que el universo es un ordenador
gigante.
¿Es razonable esta suposición? Ken Wharton de la Universidad
Estatal de San José, en California, hace una importante defensa
sobre que no lo es. Su miedo es que la idea del universo como un
ordenador es preocupantemente antropocéntrica. "Es, básicamente, la
suposición de que la forma en que los humanos resolvemos problemas
de física, debe ser la forma en que realmente funciona en
universo", señala. Es más, la idea se ha extendido a través de la
ciencia si la consideración adecuada sobre su validez, o algún
examen de las alternativas. "Esta suposición… es tan sólida que
muchos físicos ni siquiera pueden imaginar qué otro tipo de
universo podría ser conceptualmente posible", señala Wharton.
Defiende que una visión más de cerca a la idea del cosmos como un
ordenador, revela importantes problemas. Wharton analiza varios.
Por ejemplo, un cálculo implica tres pasos. Primero, el mundo
físico debe correlacionarse con un estado matemático. Luego, este
estado matemático evoluciona a un nuevo estado. Y, finalmente, el
nuevo estado vuelve a correlacionarse con el mundo físico.
En la mecánica cuántica, esto solo puede suceder si este paso final
es probabilístico. Tal como escribe Wharton: "Ni siquiera el
universo sabe qué salida concreta se producirá".
Y aún más, cuando se mide el universo, se produce una salida
específica. El funcionamiento de un ordenador no puede tener esto
en cuenta. Para Wharton, este es un error clave que la mayor parte
de los físicos simplemente pasan por alto.
También es una pista importante el hecho de que la idea del
universo como un ordenador sea una simple suposición, y una que
nadie ha cuestionado rigurosamente. "Es la suposición menos
cuestionada (y más fundamental) que tiene el mayor potencial de
llevarnos por el camino equivocado", comenta.
Las consecuencias son profundas. "Gracias a este profundo sesgo, es
posible que hayamos pasado por alto la descripción real; las
pruebas, cada vez más sólidas, de que las leyes fundamentales que
gobiernan nuestro universo no pueden expresarse en términos de una
computación tradicional".
Para demostrar esta afirmación, Wharton pasa una parte
significativa de su artículo explicando una visión alternativa del
cosmos que no depende de la computación tradicional. Es la
formulación de Lagrange de las leyes de la física, basadas en el
principio de mínima acción.
Un ejemplo es el principio de que la luz viaja a través de la
distancia más corta entre dos puntos. El método de Lagrange es,
básicamente, definir el punto inicial y final, examinar todos los
posibles caminos, y elegir el más corto. "Desde este enfoque, la
razón por la que la luz se dobla en el punto de contacto entre el
aire y el agua no es debido a una cadena algorítmica de causa y
efecto, sino debido a que, globalmente, es más eficiente", explica
Wharton.
Cualquiera que esté familiarizado con este enfoque sabrá de su
elegancia y belleza. Pero los críticos se preguntan cómo puede
saber el rayo de luz su punto de destino cuando empieza su viaje.
Wharton dice que estas críticas usan un argumento como este: "Sí,
[el método de Lagrange] puede ser hermoso, puede ser potente, pero
no es realmente como funciona nuestro universo. Solo es un truco
útil que hemos descubierto".
Pero este argumento es, en sí mismo, profundamente antropocéntrico,
dice Wharton. Asume que el universo debe funcionar de la misma
forma que nosotros resolvemos problemas - que el universo está tan
"a oscuras" sobre el futuro como nosotros.
Desde luego, hay muchos buenos argumentos para pensar que el
universo funciona como un ordenador convencional. El punto que
señala Wharton es que también hay otras formas de pensar sobre el
cosmos que podrían proporcionar importante conocimiento nuevo. Si
lo ignoramos es bajo nuestro propio riesgo.